La intensidad de la luz y su color son dos parámetros que influyen en el comportamiento de las personas y en su estado anímico. ¿Por qué no hacerlo a la inversa? ¿No sería mejor que fuera la luz la que se adaptara a nosotros? Este proyecto se basa en la variación de la iluminación, en función de su intensidad y su tonalidad, dentro de un restaurante-cafetería. De esta manera el ambiente del local está en manos del cliente. A lo largo del tiempo se puede observar como varía la luz en las distintas zonas y descubrir en cuáles de esas zonas hay mayor afluencia de público.
lunes, 1 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario